A propósito de «La Murga de Panamá», la columna de domingo de Daniel Coronel en la Revista Semana, en la que se acusa al actual Ministro de Hacienda de haberse enriquecido a costa de 117 municipios a través de la emisión de bonos de agua, llama la atención la respuesta del acusado, quién no fue consultado, y por supuesto la condena generalizada y a la ligera por parte de los miles de «jueces» que abundan en las redes sociales quienes ya lo sentenciaron a renunciar.
Domingo, dos de la tarde, tres trending topic en Twitter: #LaMurgaDePanamá, #AlbertoCarrasquilla y #DanielCoronel me llaman la atención. Le di una mirada rápida a los trinos y como para variar tienen de «sparring» al Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, por estos días bastante polémico y poco querido por los colombianos por sus posiciones a favor de incrementar el IVA y los impuestos.
«¿Qué mas da? Pan de cada día», pensé sin siquiera leer la columna del reconocido periodista. Pasadas unas horas, un nuevo vistazo a Twitter y ya hay una citación a una audiencia de control político y hasta una petición para firmar una moción de censura en contra del Ministro. ¡Normal! En Colombia condenan a unos y a otros todos los días sin contemplaciones de ningún tipo. Lo dijo José Néstor Pékerman apenas hace una semana cuando abandonaba el cargo de Director Técnico de la selección Colombia: «La cantidad de mentiras y barbaridades que se han dicho, pocos países hacen eso, es una decepción muy grande».
Lo que más llamó mi atención fueron las respuestas del Ministro Carrasquilla a las acusaciones de Coronel. En todas es evidente que entre estos dos personajes no hubo ni una conversación previa en la que el periodista intente contrastar las informaciones en su contra. Por el contrario, hay afirmaciones muy serias del columnista que al parecer son inciertas o incluso falsas según las respuestas del ministro. Entre otras, que no es socio de la empresa como se afirma pues cedió las acciones, que la empresa no comercializó los bonos como también se dice en la columna debido a que fue una consultoría, que mucho menos empobreció a 117 municipios y que por el contrario fue la forma de acceder por primera vez a recursos para proyectos de agua potable, etc. La lista sigue, una absoluta locura.
Por todo esto, me cuestioné y lo hice también con el rol del periodismo. Esta es una reflexión encaminada a quienes tuvimos el honor de estudiar y ejercer el periodismo, no me interesa hacer de juez ni para dar la razón al denunciante ni para absolver al acusado; y mucho menos hacer parte de la polarización del país. Recordemos además que «La Murga de Panamá» es un artículo de opinión de Daniel Coronel, por ende de su entera responsabilidad, tanto en lo que afirma como en la forma como decidió abordar el tema. Repito, este es un ejercicio netamente académico para la profesión de las letras.
El tema es, que todos los domingos en Colombia tenemos un escándalo de turno, en esta ocasión fue Daniel Coronel quien «lo puso en la mira», otras veces es Daniel Samper Ospina, otras veces una investigación en Los Informantes, etc. Sus acusaciones siempre son tendencia en las redes sociales en los primeros lugares y fuente de las condenas de los colombianos, quienes desde la comodidad de sus hogares acaban con unos y otros. Incluso fuente de las condenas de uno que otro oportunista como el Senador Benedetti (siempre Benedetti) que hoy lidera la campaña por la firma de la moción de censura.
Quienes somos periodistas, aunque hoy estemos ejerciendo en otras áreas de la comunicación, aprendimos en la primera clase redacción, en mi caso hace ya unos 18 años con el gran Germán Áyala, que más allá de ser una equivocación, es un “crimen profesional” publicar información no contrastada. Y no sólo por una fuente, sino por varias. Ética del periodista le llamaban entonces.
Dejo pues la pregunta a los profesionales de las letras: ¿Asistimos cada domingo en Colombia a la más alta evolución del periodismo o a su debacle en la que lo que importa son los likes y retuits para ser trending topic dominical y porqué no, generar una que otra polémica?.
*Algo de contexto: Políticamente Colombia vive una de las épocas más difíciles de su historia dada la alta polarización generada por el Gobierno y la oposición. División evidente en todas las votaciones a las que hemos asistido en los últimos meses, desde las elecciones parlamentarias, pasando por las presidenciales e incluso en las de la consulta anticorrupción de apenas hace un par de semanas. Una oposición derrotada en las urnas y activa socialmente para criticar todo cuanto realice el gobierno.
@DiegoAreiza
Love for life 
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