De la doble moral y el «No todo vale» de Antanas Mockus

Luego de muchos ires y venires del «profesor Mockus» ayer 28 de junio de 2011 se anunciaba a raíz de una entrevista concedida al periódico El Tiempo y confirmado por el programa de opinión Hora 20 de Caracol Radio, que el académico oficializó su lanzamiento como candidato a la Alcaldía de Bogotá en las próximas elecciones del 31 de octubre, en esta ocasión por el Partido Socialista Indígena.

Si bien que sea candidato no resulta sorpresivo, pues en todos los procesos electorales de los últimos 10 o 12 años Mockus se ha presentado como candidato aspirante a un cargo público, bien sea como Alcalde, Congresista o Presidente; su aspiración si resulta paradójica y contradictoria.

Paradójica por aquello de que Mockus ha construido unos fundamentos políticos basados en el famoso «No todo vale» tan recordado en aquel «discurso» en donde con arengas animaba a los simpatizantes de la «ola verde» cuando resultara como la segunda fuerza aspirante a la presidencia en el 2010.

Contradictoria pues como fundador del partido Verde y tras ser elegido por consulta interna como candidato a la presidencia, aceptó los votos de Peñalosa, Fajardo y compañía, los cuales consideró que si le servían como aporte a su campaña a la presidencia en 2010, pero los cuales descartó en 2011 según él por profundas diferencias entre sus convicciones y la situación actual del partido.

Paradójica en la medida en que un personaje de ascendencia lituana hoy es el candidato del socialismo indígena para la Alcaldía de Bogotá, confirmando que lo que prima son sus aspiraciones personales y no las de un colectivo al cual representa por convicción. Algo que muchos podrían considerar como el “todo vale” en función de intereses particulares.

Contradictoria en la medida que su profundo convencimiento de que “el hombre es un animal político” se ve reducida más a lo primero en tanto que lo que podría denominarse su “supervivencia” en la política nacional prima por sobre cualquier colectivo o convicción. En esta ocasión por sobre cualquier profundo convencimiento de lo que representaba el “verde”, hasta el punto de torpedear no solo sus bases sino también su plan de campaña. Tal como lo hiciera con los Bogotanos en 1998 en hechos ya conocidos por todos.

Me perdonarán mis amigos de la ola verde que tanto aprecio pero a mí que no me vengan con pendejadas de que Antanas es el modelo del político honesto, de principios y más transparente de Colombia. Los hechos lo muestran como un personaje sin coherencia y cuyo objetivo principal no va más allá de representarse a sí mismo y jamás a un colectivo que curiosamente le ha apoyado.

Y es que si las profundas rupturas entre sus convicciones y la realidad del partido verde fueran ciertas, existen herramientas a las que pudo acudir y que incluso le fueron ofrecidas como las de citar de nuevo a consultas internas en el partido para elegir a un candidato único.

Lo que es inadecuado no es su candidatura per se, porque aclaro que considero que Mockus es una persona inteligente que va a darle un valor agregado a la carrera hacia la Alcaldía de la capital del país, sino la forma en que llega a tal posición. Lo sucedido solamente lo puedo catalogar como “la ley del embudo”, en donde las medidas entre lo que hacen los demás y lo que hace Mockus se miden desde los dos extremos, siendo el propio el más ancho.

Personalmente concibo la doble moral como una de las características más sucias de la política. Una estrategia silenciosa pero tan peligrosa como los extremos. Juzgue usted mismo estimado lector.

Una respuesta a “De la doble moral y el «No todo vale» de Antanas Mockus

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  1. Cordial saludo compa, discúlpeme la demora; es que los domingos son mis días de buenas lecturas. No te equivocas en tan profundo análisis y coincido en la mayoría de los puntos sino en todos, Mokus está abusando de afecto que ha generado entre sus electores y cree que para donde él vaya lo van a seguir, como en cual competencia de orinales, dejar ver quien lo tiene más largo. Pero se equivoca tanto Mokus, como Urimori (enano aprovechado) al igual que Peñalosa. El pueblo ya no cree en políticas triviales, vestidas de falsos ropajes de independencia. Espero que en la contienda por la alcaldía de Bogotá, segundo cargo más importante de la nación, se hagan coaliciones con figuras frescas y representativas como Gina, Juan M Galán y claras en el discurso como Petro. Por el amor a mi patria, recíbame un abrazo fuerte mí siempre recordado y valioso Teniente.

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